Aspectos Éticos en el manejo del paciente con SIDA


Nos damos cuanta a través de nuestra experiencia y relatos de nuestros mismos compañeros, que las historias sobre el rechazo social y discriminación de los pacientes con VIH/SIDA es muy frecuente, por lo que quisiéramos exponer a nuestro juicio los aspectos más impotentes para analizarlos desde el punto de vista de la atención que brindaremos a estos pacientes.

Creemos que primero se debe valorar al paciente mirándolo como un ser humano, con una historia personal y familiar, con su inherente necesidad de ser amado, que es autónomo y que razona por si solo, es fundamental tener antes que todo esto en cuenta pues generalmente lo primero que se sabe de un paciente es su patología, incuso antes que el nombre, lo cual nos limita a ver y juzgar al paciente por su enfermedad, olvidándonos de que son personas.

Se nos viene a la mente casos que hemos vivido en los cuales el personal de salud se refiere a los pacientes con SIDA como “el sidoso”, creemos que esta situación es una falta de respeto, pues de forma clara no se esta refiriendo dignamente hacia el paciente y tampoco se esta respetando su individualidad.

Para la enfermera tener bajo su cuidado un paciente con VIH/SIDA puede traer a la luz muchos dilemas éticos, como son, por ejemplo:

La notificación de los infectados, donde la enfermera esta obligada a dar el nombre de los infectados, y donde esta acción puede significar para el paciente una violación a su confidencialidad. Nos preguntamos entonces por que es tan importante esta notificación y descubrimos que esta medida es de suma trascendencia para la Salud publica pues nos premite la proteccion de quienes estan alrededor del paciente, evitando asi una posible infección y nos da la posibilidad de que se hagan estudios de contactos, de esta forma tratar de disminuir la transmisión del VIH.

La 41ª Asamblea Mundial de la Salud plantea la necesidad de evitar toda discriminación contra las personas infectadas por el VIH y las personas con SIDA.

Y quisiéramos detenernos en este punto pues consideramos que el rechazo o discriminación se deriva principalmente de una mala información, la poca educación y mala preparación de la sociedad ante este terrible mal.

Y aquí es donde la enfermera puede aportar no solo educando e informando a la sociedad sino también al equipo de salud, que esta en directo contacto con los pacientes y que son los encargados de entregarle los cuidados necesarios para mantener durante el mayor tiempo posible la salud y no complicación de estos , así como también su justa atención en su etapa terminal.